Un graffiti que vive en la Iglesia…

Por: Julio Carrión

Hay quienes dicen que el Graffiti muestra el desacuerdo de la gente, que expresa la sabiduría popular o la fatiga sobre la coyuntura en la que están inmersos. Yo pienso que es la conciencia viviente de los gobernantes, ese pensamiento que ronda sus cabezas cada noche antes de dormir.

Aquellas palabras las he visto impregnadas en la blanca pared de la Iglesia de San Miguel de Salcedo, desde hace varios meses. Quienes viven en esta ciudad afirman que esta frase está allí más de un año. Lo interesante del graffiti es que al estar escrito en la Iglesia, no ha sido removido y ha convivido con los creyentes, no-creyentes y ciudadanos que acostumbran ir al templo.

Mauricio quien es un viejo amigo salcedense, fue quien me mostró aquel “grafo”. Él alega que hay turistas que toman fotografías de la Iglesia, y entre fotografías se encuentra esa frase, como un recuerdo quizá…

La gente busca las formas para hacerse escuchar. El Graffiti ha sido una herramienta expresiva en muchas partes del mundo, y aunque en muchos de los casos son borrados o tachados, siempre capturan la atención. Éste ha permanecido en una pared de la iglesia principal de la ciudad. Está allí, en la parte baja, con unas letras apenas comprensibles, entre comillas, como si fuera una cita bibliográfica. No sé hasta cuándo permanecerá ahí, pero continúa robándose miradas, haciendo muecas a quienes va dirigido.